Me daràs a conocer la Senda de la vida
En la trayectoria de la vida acumulamos cosas materiales, buenas relaciones con otras personas, se alcanza el éxito en los proyectos que se emprenden, pero parece que nada de esto, puede saciar el deseo de poseer más.
Una frase atribuida a Chesterton dice que existen dos maneras de tener lo suficiente: “una forma es buscar acumular más y más cosas y la otra es desear tener menos”. Por otra parte Cabral afirma que: ”rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita”.
Podemos entonces formularnos la pregunta ¿cómo puedo terminar con el ciclo interminable de buscar poseer más cosas? Una de las formas es reflexionar sobre las consecuencias y actitudes de frustración que asumimos ante la vida cuando los deseos personales no son alcanzados.
A veces para lograr los sueños que consideramos necesarios, para una vida plena, contradicen los principios y valores personales, se quebrantan los mandamientos y el propósito diseñado para nuestra vida, finalmente se logra lo que se pensaba que era necesario, con un costo alto, para culminar con la experiencia de más insatisfacción y frustración.
Es posible que se atribuyan estos sentimientos de insatisfacción, tristeza, vacio y anhelos no satisfechos por no alcanzar y obtener los sueños que se han deseado para la vida personal.
Pero una frase que puede dar respuesta a esta necesidad humana fue dicha por San Agustín “Nos hiciste para ti, y nuestro corazón no hallara descanso hasta que descanse en ti”.
Sin embargo podemos concluir sin temor a equivocarnos con lo expresado por el Rey David en la cita de referencia (Salmo 16: 11) Dios nos dará a conocer la senda de nuestra a vida, es decir Èl aprobara el camino escogido, en su presencia obtendremos gozo y satisfacción plena.
Pero todo lo que obtenemos sin contar con Dios y su propósito, al final no va a brindar satisfacción, ni éxito verdadero, es simplemente un sueño o meta alcanzado nada más, pero cuando elegimos y deseamos conocer a Dios él es único que puede satisfacer los deseos más intimos y propios porque el que mismo nos ha dado.
Salmo 16:11. Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.
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